Si alguna vez intentaste aplicar etiquetas térmicas en un ambiente frío, probablemente hayas tenido problemas con manchas de tinta y etiquetas que no se pegan correctamente. Esto podría deberse a una gran cantidad de razones, que van desde una aplicación deficiente hasta el uso del tipo de etiqueta incorrecto.

La falla de la etiqueta conduce a la reimpresión y una nueva aplicación, lo que se traduce en una pérdida general de tiempo y dinero. En muchos casos, pueden surgir problemas con la adhesión defectuosa de la etiqueta en la temperatura incorrecta, especialmente en los meses de otoño e invierno cuando las temperaturas son significativamente más bajas.

Los entornos de almacenamiento en frío con cambios de temperatura no regulados pueden exponer los paquetes a diferentes entornos no controlados. Las áreas de envío brindan configuraciones de temperatura poco confiables para las aplicaciones y, según las condiciones climáticas, las etiquetas y sus adhesivos pueden volverse firmes y quebradizos, lo que reduce la calidad de la adherencia.

Si bien la pérdida de adherencia puede no mostrarse inicialmente, la etiqueta puede fallar y caerse en un momento posterior.

Las temperaturas gélidas exigen etiquetas térmicas fabricadas específicamente para entornos extremadamente fríos. Pero hay muchas subcategorías diferentes en la categoría de etiquetas para congeladores: algunas son para aplicaciones frías y secas, otras para lidiar con las heladas y la humedad.

Te traemos algunos consejos que pueden ayudarte:
1- Mantenga los productos y las etiquetas limpios y libres de aceite, polvo y otros residuos
Si tus etiquetas se almacenan en un entorno sucio y polvoriento sin un recinto adecuado, pueden acumular polvo, aceite u otros residuos de las áreas circundantes. Esto afecta adversamente la adhesión de la etiqueta si los contaminantes interfieren con la superficie de aplicación.

2- Los productos deben estar completamente secos
Mientras que algunos adhesivos para etiquetas están diseñados para funcionar en superficies húmedas, los adhesivos de uso general requieren aplicaciones más secas. El agua puede hacer que las etiquetas se despeguen de sus superficies, ya que es una barrera para una buena adherencia a la superficie.

3- Guardá tus etiquetas a temperatura ambiente
En los meses de invierno, los almacenes pueden enfriarse un poco. En temperaturas más frías, ciertas etiquetas pierden su pegajosidad. Por lo tanto, es importante mantener las etiquetas en un área a temperatura ambiente hasta el momento de la aplicación.

4- Asegurate de conocer el tiempo de “humectación” de tus etiquetas
Este es esencialmente el tiempo que tarda la etiqueta en formar una película continua entre el material frontal y el sustrato, lo que crea la unión permanente. Si colocas tu producto en el congelador antes de que la etiqueta se haya humedecido, es posible que la etiqueta no mantenga su adherencia.

Las etiquetas con adhesivo apto para frio son excelentes para el almacenamiento en frío o cuando su aplicación requiere un adhesivo mucho más fuerte de lo normal. Cuando tienen una capa más pesada o un mayor grosor de adhesivo, pueden lidiar con los altibajos de la escarcha acumulada en congeladores y refrigeradores. Más pegamento significa un mejor contacto con el área de la superficie y una adhesión más fuerte en general.

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